Elizabeth Mamani lleva 20 años trabajando en nuestro Colegio Bulnes, de los cuales hace 5 se desempeña como inspectora, periodo en el que se ha ganado el respeto y cariño de los alumnos a quienes recibe y ayuda día a día.
Esta labor es valorada por los apoderados, con quien nuestra funcionaria asegura tener una buena relación. “Ellos reconocen mi trabajo. Me felicitan y agradecen por llamarlos y preocuparme de los niños, cuando se enferman o se les queda algo en el colegio. Con los alumnos también soy muy cercana, me cuesta mucho despegarme de ellos porque me abrazan y me hablan, me gusta estar con ellos. Soy mamá de cinco niñas, que ya están grandes, incluso ya soy abuela, entonces sé cómo son los niños, sé qué hacer cuando vomitan o se ensucian, llamo a los papás y ellos valoran eso”, afirma.
A su vez, nuestra inspectora cuenta que ha visto cómo generaciones de una misma familia han sido parte de nuestro establecimiento, afirmando que “algunos alumnos que pasaron por aquí ahora son apoderados, se me acercan y me dicen ‘tía, ¿usted todavía está acá?’ o ‘tía, le encargo a mi hijo que está en Primero Básico’. Hay muchos ex alumnos que vienen para acá a ver el colegio y me preguntan ‘tía, ¿todavía está acá? ¿está de inspectora ahora?’, porque me conocieron de auxiliar y se alegran por mí”.
“Mis hijas estudiaron acá, las dos menores, ahora una estudia Arquitectura y la otra Diseño Gráfico. Salieron con una muy buena base desde acá, así que igualmente estoy muy agradecida del colegio por eso”, señala.
De todas formas Elizabeth reconoce que con el paso de los años el comportamiento de los niños ha ido cambiando, especialmente en la época más reciente debido a la pandemia. “El tema de la disciplina está complicado. Con el tema de la pandemia, los niños de 1° y 2° llegaron de cero en el tema del orden y la disciplina. Pero se han adaptado, en este segundo semestre he notado mucho la diferencia. En cambio, el primer semestre fue difícil, tenía que llamar todos los días a los papás. En los dos años de pandemia los niños cambiaron mucho, a los niños de 8° me costó reconocerlos, crecieron y cambiaron mucho en ese tiempo”, afirma.